(primera cerilla)
CHEMA - ¿Porqué respiras asi? Pareces un perro, joder... dame las cerillas, ¡está medio vacía!... bueno, hay que moverse, no podemos dejar que nos encuentren.
ANGELA - Ahí hay alguien, nos está mirando.
C - Es nuestra sombra
A - ¡No!
C - ¡Es nuestra sombra Ángela!
A - ¡No! ¡no! ¡no!
C - Es nuestra sombra
A - ¡¡¡No!!!
(segunda cerilla)
C - Me estás decepcionando
A - Tengo miedo
C - ¡No te jode! Y yo, pero el miedo no nos va a sacar de aquí.
A - ¿Qué ha pasado?
C - Se ha apagado la cerilla
(tercera cerilla)
A - Chema, abrázame... hay alguien, me ha tocado.
C - ¡¡Me has dicho que te abrace joder!!
(cuarta cerilla)
A - No me dejes, ¿porqué te has callado? ¿porqué no dices nada?
C - ¿Qué quieres que te diga?
A - No sé, dime quién eres, que és lo que haces...
C - Hola, soy Chema, soy Chema y estoy andando, estoy andando y soy Chema... ¡Hola soy Chema!... ¿Sabías que me estás dejando sin sangre este brazo?
A - Perdona...
C - Te voy a contar un cuento, como los niños...
(quinta cerilla)
C - “Había una vez una princesa que vivia en un palacio muy grande...”
A - ¿Y?
C - A ver, por aquí... “el día que cumplía 13 años le hicieron una gran fiesta con trapecistas, magos, payasos...pero la princesa se aburria. Entonces apareció un enano muy feo, que daba brincos y hacía piruetas en el aire”
(sexta cerilla)
C - “ – Sigue saltando por favor- dijo la princesa, pero el enano ya no podía más. La princesa se puso triste y se largo a sus aposentos. Al rato, el enano se fue a buscarla convencido de que se iria a vivir con él al bosque – ella no es feliz- pensaba el enano – yo la cuidaré y la haré reir siempre. El enano recorrió el palacio buscando a la princesa pero al llegar a uno de los salones vio algo horrible...”
(séptima cerilla)
C - “Ante él había un mostruo con los ojos torcidos y sanguinolentos, con las manos peludas y los pies enormes. El enano quiso morirse cuando se dio cuenta de que era el mismo reflejado en un espejo. En ese momento entro la princesa con su séquito - ¡ah! ¡estás aquí! ¡bien! Baila otra vez para mi por favor- Pero el enano estaba allí, tirado en el suelo, y no se movia. El médico de la corte se acercó a él y le tomó el pulso – ya no bailará más para vos princesa- le dijo - ¿porqué? - Porque se le ha roto el corazón – y la princesa contestó; - Que de ahora en adelante que los que vengan a palacio no tengan corazón” Y colorín colorado, se nos están terminando las cerillas
(octava salida)
C - ¡Joder!, así es imposible orientarse.
A - Tiene que haber otra salida.
C - ¿Y qué? Con esto no se ve un pijo
A - ¡Chema, alumbra aquí!
C - ¿Qué has encontrado?...