ANDA I, PONME ALGO EN LA AGENDA NUEVA...
Unos pies pequeños
Un trago de limoncello
Unas sábanas blancas
La mañana siguiente
Canto velado y prudente: “ la próxima vez que te vea me apetecerá besarte”
-“a mi también”
Y explicarte todo lo que nos quedaba por construir: Florencia, un edificio encantado, tus poderes, tus manos pequeñas, tu corazón, tus labios, despertar contigo, recogerte en la facultad, hacerte café, acompañarte a casa, pedir comida china, invitarte al Palau, preguntarte por Chema, dejarle el telescopio a María, copiar el Gin-tónic, recordar a Björk, tocar tu boca, leer un mensaje, excitar el hipotálamo, verte cambiar de ropa, mirar el iris de tus ojos, dejarte dormida con el pijama de verano, sentir tu peso en mis piernas, verte salir de clase, llevar tu bufanda, dormirme en el sofá sobre tu hombro, perder las horas y el coche en una carretera o en un lugar más íntimo, escribirte un correo, llorar lo único y sin vuelta atrás, mirar tu mano sobre la mia, compartir un mate, no entender tus razones y poner el mundo boca abajo, presentarte a mis amigos, encajar tu furia sobre mi deseo en un parque o un cine o una cama o nuestra cama o una discoteca o un garaje o un año eterno o mientras suena la música o mientras reconozco tu olor, sacarte de la cama por las mañanas o agradecerte todos los tiempos, todas las caricias, toda tu inefable inefable o simplemente darte un beso, nunca despedirse, siempre mirar una página y volver a empezar lo todo con un limoncello, un beso tímido, un vaso que es una torre de ajedrez, un dibujo en tu pared parecido a Ci =una vez + infinito