El sol ha salido por fin con fuerza, y todo huele a primavera inminente. Los colores otra vez brillantes, y las tardes cada vez más largas...
Y aun asi, el viento sacude mis persianas como si quisiera llevarselas, enfadado conmigo por alguno de mis defectos.
Hay quien dice que en dias de viento como este, las paredes de mi cuarto de doblan, como una caña de bambu, hay quien dice que el hormigon es flexible, pero seguro.
Hay cosas que es mejor olvidar, porque se vive más tranquilo. Hoy preferiria no tenelo presente... puede que el viento me sacuda todo lo viejo a mi también, y me prepare para la primavera, por fin.
vale, podeis llamarme gafe...
Escrito por sugus a las 23 de Febrero 2005 a las 11:17 PMLEYENDA RELATIVA A ISELINA
"Una muchacha estaba prisionera de un castillo a cuyo dueño amaba. ¿Porqué? Preguntaselo al viento, y a las estrellas y al dios señor de la vida, pues sólo ellos conocen misterios tan hondos. El señor había sido su amigo y su amante, pero un día conoció a otra mujer, y sus sentimientos se desviaron de la muchacha igual que un rio cambia de curso.
La había amado con amor juvenil, la habia llamado muhcas veces "su angel tutelar, su paloma tierna" la había abrazado muchas noches con ese abrazo apasionado y casi exasperado, con que el amor pretende asirse eternamente a lo fugitivo; le había dicho: "Dame tu corazón", y ella se lo había dado como quien no da nada. Cada vez que él le preguntaba: "¿Te puedo pedir una cosa?" Ella respondia que si, feliz por tener aún algo que dar; y él aceptaba todo, sin pararse si quiera a agradecer un momento.
(...)
Él vendió su vida toda, su salvación después. Por eso la pobre muchachita enamorada y desdeñada fue encerrada en la torre.
¿En qué piensas, joven prisionera, que sonries así? Pienso en aquellos días de hace ya diez años, cuando lo conocí, lo amé, y fue bueno conmigo.
¿Aún te acuerdas de él?
Si, todos los días, todas las horas... siempre.
Y pasó más tiempo, y le volviero a preguntar: ¿En qué piensas, prisionera, que sonries aún?
Estoy bordando su nombre en este lienzo.
¿El nombre del que te encerró en esa torre, donde tu juevntud se consume?
Si, el del hombre que conocí y me amó hace veinte años.
¿Aún te acuerdas de él?
Su recuerdo no empalidece ni en sueños.
Y pasaron más años.
¿Que haces, prisionera, de las canas color ceniza?
La vejez se me acerca y no veo ya bastante para bordar; pero araño con mis manos la pared, y cuando tenga bastante yeso, haré un vaso para regalarselo.
¿Regalarselo a quien?
A mi amor. Al que me encerró aqui.
¿Y sonries al pensar en tu encierro?
Sonrio porque pienso qué dirá al recibirlo: "he aquí un vaso hecho por mi amante de hace treinta años, no me ha olvidado aún"
Y pasó más tiempo.
Prisionera encorvada, tus manos ya nada pueden hacer, y sonries aún.
La vejez ha venido: soy ciega y torpe, más el recuerdo no envejece.
¿Y piensas en el que te encerró hace cuarenta años?
En él, siempre en él. Nos conocimos cuando eramos jovenes, y con sólo unos días de amor, cuarenta años se llenaron de recuerdos.
Pero, ¿no sabes que ya no vive, que ha muerto ya?
Ah, pobre vieja enamorada; tus labios se mustian; tu voz, que iba a responder, se extingue; tus ojuelos se vidrian, una palidez líbida te cubre, y caes inerte para siempre."
Knut Hamsum
Escrito por sidlares a las 26 de Febrero 2005 a las 01:01 AM